«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca… y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó».
MATEO 7.24–25 

Las situaciones que usted enfrente hoy bien pueden edificarle o derribarle. Las 
buenas noticias son que de usted depende que hagan una u otra cosa. Usted puede invitar a Dios a obrar a través de sus circunstancias para desarrollar su fe y su carácter, o puede permitir que los problemas le controlen.
 La clave es a quién le permite interpretar lo que le sucede. 
Si considera sus retos a la luz de sus propias capacidades, probablemente se sentirá descorazonado, irritado y abrumado, porque la única alternativa es luchar con las herramientas humanas que tiene a su disposición. 

Sin embargo, un curso de acción mucho más sabio es acudir a la Palabra de Dios en busca de sabiduría y hacer lo que Él dice. Sin que importe lo que usted enfrente, el Padre puede con certeza manejarlo. Y si lo busca para que dirija su senda, Él usará la adversidad para edificarle y enseñarle más de sus maravillosos caminos. 

Señor, ayúdame a buscar tu sabiduría en toda situación. Cuando tú me diriges, mi vida se edifica sobre un cimiento sólido. Amén. 

En su presencia… está la verdadera seguridad.