En el día que temo,Yo en ti confío. En Dios alabaré su palabra;En Dios he confiado; no temeré;¿Qué puede hacerme el hombre?
Salmos 56:3-4
Tal vez haya notado que en Salmos 56.3, David no afirma: «Si tengo miedo». Él
dice: «Cuando». Las ocasiones de temor vendrán a su vida. Las ansiedades
surgirán, no solo debido a que este es un mundo caído, sino también porque para
enseñarle a tener fe, el Padre debe llevarle al extremo de lo que usted puede
soportar, de modo que escoja confiar en Él. Esta es una lección necesaria y una
parte indispensable de su maduración como creyente.
Así que hoy considere lo siguiente.
¿Está su corazón sumido en la
desesperanza? ¿Hay preguntas, pensamientos dolorosos o temores que inunden su mente? ¿Existe una situación abrumadora que no puede manejar?
Haga como hizo David y vuélvase a la verdad de la provisión perfecta y el
cuidado infalible de su Padre celestial para todas sus necesidades.
Dios no le ha abandonado, ni nunca le abandonará (Deuteronomio 31.6, 8). Confíe en que lo ayudará.
Señor, cuando tenga miedo, confiaré en ti y tendré fe en tu provisión y protección. Gracias por amarme y acercarme
más a ti. Amén.
En su presencia… abandónese a su
cuidado amoroso y confiable.
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