Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de
nosotros nuestras rebeliones.
SALMOS 103.12
Un espíritu rencoroso es un tumor maligno en el alma de una persona que se extiende como el cáncer. Y sin embargo, el Padre celestial ofrece un proceso seguro de sanidad para el corazón consumido por la amargura:
Arrepentimiento: Asuma la responsabilidad por su espíritu no perdonador y pídale a Dios que le perdone por su resentimiento.
También debe perdonar a quien le ofendió. Olvido: Olvídese de cualquier expectativa de restitución, aunque sienta que la persona le debe algo.
Reconocimiento: Reconozca que el mal que le hizo la persona no fue
simplemente doloroso y ofensivo, sino que esa conducta en última instancia
aflige a Dios. El Señor es quien juzgará la ofensa y usted puede confiar en que
Él le vindicará.
Recuerde: Recuerde cuán a menudo Dios le perdona a usted. Usted no podrá disfrutar verdaderamente del gozo del perdón de Dios mientras no siga su ejemplo y perdone a los que le han ofendido. No permita que el cáncer de la amargura continúe en su corazón. La vida es mucho más dulce cuando el corazón es tierno y no está manchado.
Señor, gracias por tu dádiva del perdón. Ayúdame siempre a extenderlo a otros. Amén.
En su presencia… procure tener un
corazón tierno y perdonador.
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