Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de
lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible.
Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios.
1 PEDRO 3.4
A la luz de este versículo, ¿cómo clasificarías tus pensamientos,
actitudes, imaginaciones, opiniones y juicios? ¿Son limpios o corruptos?
¿Son puros o carnales?
La pureza interior es un desafío que requiere que vigiles tu vida interior con determinación y diligencia. Al principio puede que sientas que la mayoría de tus pensamientos, imaginaciones y actitudes son corruptos; pero a medida que persistes, se desarrollan nuevos hábitos, y con un mantenimiento regular puedes disfrutar de pureza interior.
Lo que haces externamente, las cosas que la gente ve, determina tu reputación con los hombres. Pero tu vida interior determina tu reputación con Dios.
Escoger la pureza interior es algo que haces para el Señor a fin de
honrarle. ¡No es extraño que Él diga que el corazón puro es precioso a sus
ojos!
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