"Entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo"
(Romanos 1:6).
En este versículo, Pablo recuerda a los creyentes en Roma su identidad y propósito como cristianos. Ellos han sido llamados por Dios, no solo a creer en Jesús, sino a pertenecerle completamente. Este "llamado" implica una invitación divina que no se basa en méritos humanos, sino en la gracia soberana de Dios.
Ser "de Jesucristo" significa:
1. Pertenencia: Como creyentes, nuestra vida ya no nos pertenece. Hemos sido comprados por precio (1 Corintios 6:19-20).
2. Propósito: Vivir para glorificar a Dios y cumplir Su voluntad.
3. Relación: No solo somos seguidores, sino hijos adoptados que disfrutan de comunión con Él (Romanos 8:15).
Aplicación práctica
1. Vive en tu identidad: Reconoce que perteneces a Cristo, lo que da sentido y dirección a tu vida.
2. Comprométete con tu llamado: Sé fiel en tu relación con Él, entendiendo que eres un embajador de Su amor y verdad en este mundo.
3. Comparte esta verdad: Como llamados a Cristo, debemos reflejar Su carácter y anunciar el evangelio a otros.
Ejemplo personal
Imagina una persona que encuentra una invitación exclusiva para un evento importante. Al aceptar esa invitación, su vida cambia porque ahora pertenece a un grupo especial. De manera similar, al aceptar el llamado de Dios, nuestra identidad y propósito cambian radicalmente.
Reflexión
Ser llamados a Jesucristo es un privilegio inmenso y una responsabilidad solemne. Pregúntate:
¿Estoy viviendo como alguien que pertenece a Cristo?
¿Mi vida refleja que he sido llamado por Su gracia?
Conclusión
Romanos 1:6 nos recuerda que somos parte del pueblo de Dios, llamados a vivir en santidad, obediencia y comunión con Él. Este llamado no es solo para recibir bendiciones, sino para entregar nuestras vidas completamente a Jesucristo.
"Recuerda:
Tu identidad está en Cristo. Vive cada día como alguien que le pertenece."